22. "FOLLAS COMO NACHO VIDAL"

Entré en la web de los contactos liberales un miércoles a primera hora de la tarde. Estaba aburrida y necesitaba algo de diversión fácil, de modo que me planteé chatear un rato con alguien morboso. No tardé mucho en empezar. Me entró un chico solo en el chat y me soltó un par de piropos bastante directos. Se llama Roberto. Me dijo que le encantaban mis fotos, y en concreto algunas partes de mi cuerpo. Yo le respondí que debería fijarse en mi edad, y que ya no tengo 20 años. Me respondió que le gustan sobre todo las de mi edad.

Tuvo algún detalle gracioso durante el chateo, así que despertó mi interés y me puse a mirar sus fotos.

No me fío de los perfiles en los que se ve a un chico solo y siempre solo, exhibiendo sus musculitos y su gran pene. Pienso que deben de ser tipos raritos. Eso mismo le dije a Robe, que rápidamente me dio acceso a las fotos ocultas. Tiene más de cien fotos, y en ellas pude contar no menos de quince mujeres distintas, des de muy jóvenes a maduritas. Quince no son pocas. me di cuenta de que, con cada pareja, Robe se hacía tres o cuatro instantáneas más o menos secuenciadas des del primer contacto hasta el final, que es mayormente una penetración anal.

-Vaya -le dije- veo que contigo todas saben como van a terminar.

Tardó unos segundo en responder: "como a ti te gusta". Eso me hizo sentir unas cosquillas en la nuca. Más que nada porque en Robe todos es grande: sus manos, sus piernas, sus pies y, claro está su pene de tamaño extra, de esos que puedes agarrar a dos manos. El chat se prolongó un rato. Tardó nada en invitarme a su casa y eso me volvió a dar el cosquilleo, sobre todo cuando me dió la dirección y descubrí que se encontraba a diez minutos de mi casa. 

Justo en aquel momento llegó mi marido, con quien tenía asuntos pendientes que lidiar (y no precisamente eróticos), así que cerré el chat.

Durante los días siguientes, las fotos de Robe no abandonaban mi mente. Sin quererlo, empecé a fantasear con su cuerpo y con una aventura secreta y tanto fue así que llegué a masturbarme varias veces mientras lo imaginaba. No pude demorarlo más y le escribí.

Nos vimos un jueves al mediodía. En directo, Robe es más grandote y más fornido que en las fotos, que ya es decir. Descubrí que tiene un saloncito organizado para sus amantes y su cámara de fotos, todo muy bien puesto. Me sentí como en un estudia de grabación porno en donde yo era la actriz principal, algo que también me excitó. Robe empezó a desnudarme bruscamente mientras lamía mi cara con una lengua áspera y animal: todo él huele a macho, a sexo y a salvaje. Mientras me empezaba a penetrar yo escuchaba el chasquida de la cámara, supongo que programada para dispararse cada equis minutos.

Al final (que fue tal como yo había visto en sus fotos de la web), me plantó ante la cámara, la puso en modo vídeo y me hizo repetir la frase: "Follas como Nacho Vidal". Yo estaba tan descoyuntada y exhausta que lo dije sin reparos. 

Mientras regresaba a mi casa supuse que él estaría colgando las fotos en su web, y quizás también el video.

Mi marido no tardó más de tres días en encontrar esas fotos en la web mientras curioseaba en ella. Lo supe porqué escuché como se masturbaba, enloquecido de placer mientras miraba una y otra vez mis fotos con Robe.



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