62. LA VERIFICACIÓN SWINGER DE BERTA
Como todos sabéis, para registrarse en una web swinger hace falta que alguien, que ya esté en ella, verifique que eres quien dices ser. De esa forma se evitan los intrusos, porque en todas partes hay personas con malas intenciones. A mi marido y a mi, por ejemplo, nos verificó una pareja amiga y luego invitamos a un chico ya clásico de la web, que estuvo encantado de visitarnos para verificarnos después.
Pero... ¿qué sucede cuando una pareja que ya estaba registrada se separa y uno de los dos quiere seguir en la web? Bueno, pues os voy a contar como le fue a Berta, que me lo contó hace poco.
-Cuando me encontré en que, al registrarme sola me pedían nuevas verificaciones, me puse en contacto con uno de los amigos que teníamos antes, el marido de Laura. Con Juan y Laura habíamos ido varias veces a clubes y había una buena relación. Juan me respondió que no había ningún problema... pero que creía que lo más correcto sería tener un encuentro. Me quedé un poco pasmada, la verdad, ya que no sabía que Juan actuase por su cuenta, sin Laura.
Sin embargo, quedé con Juan. tenía muchas de ganas de volver a estar en la página de los swingers y me sentía dispuesta a todo. Juan me llevó a su apartamento de la playa, en donde habíamos estado con nuestras respectivas parejas, por lo que al principio se me hizo raro. Luego descubrí que Juan es un amante generoso y enérgico, virtudes que había ocultado cuando estuvimos con las parejas, en las que parecía más bien tímido y retraído: me estuvo dando con ganas y sin prisas, y la verdad es que gocé un montón.
-Mañana te verifico sin falta, Berta -me dijo mientras nos duchábamos.
Per al día siguiente me mandó un whatsapp en el que me contaba: "Ya sabes que necesitas dos verificaciones, de dos personas distintas. Pero no te preocupes, he hablado con mi amigo Max, que estará encantado. Puedes ver su perfil en la web". Le respondí "Max estará encantado de... ¿verificarme?".
Luego miré el perfil de Max y vi a un hombre atractivo y morboso, así que me pareció buena idea ser "verificada" por Max.
Pocas horas más tarde recibí un mensaje del tal Max, que me citaba también en el apartamento de la playa de Juan y Laura. Pensé, ingenua de mi, que Juan le habría dado la llave.
Pero cuando llegué al lugar (y como debería de haber imaginado) me encontré a los dos hombres, ya completamente dispuestos para la verificación. De modo que ya lo ves: volví a la página con sorpresas y orgasmos inesperados. Y por cierto: a Max le vi más veces, una vez ya verificada.
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