68. EL ARTE DEL SELFIE

Nos reunimos Laura, Cati y yo ("las tres lagartas" según Cati) y nos pusimos a contarnos nuestras anécdotas hotwife del verano en una tarde calurosa, cuidando de no hablar muy alto, ya que estábamos en la terraza de un bar muy concurrido.

Cati me comentó las fotos que tengo colgadas en mi página y me recomendó mejorar el asunto del selfie. Según me contó:

-A mi marido, las fotos que más le gustan de cuando estoy con un corneador son las que me saco yo misma, esas son las que le ponen más. Y no solo eso: esas fotos consiguen que me salgan más admiradores, ya me entiendes. A ellos les excita mucho ver que eres capaz de sacarte fotos a ti misma en los mejores momentos.

-¡Eso es muy morboso! -añadió Laura con un tono de voz demasiado alto y arriesgado - La vez que más "likes" me dieron fue cuando colgué una foto que me hice yo misma mientras me tragaba el pene de Nico... ya sabéis como lo tiene.

-Exacto -corroboró Cati- Cuando una se saca un selfie en esas situaciones lo que está contando es que está dispuesta a todo y, sobre todo, que disfruta un montón y por eso quiere guardarse un recuerdo de ese momento genial. Es eso lo que les pone a nuestros maridos... y a nuestros admiradores.

Un chico que estaba sentado cerca de nosotras se miró a Laura tras haber escuchado su frase. Y tanto Cati como yo pensamos que Laura tuvo un encuentro con él poco más tarde, aunque ignoramos como fue todo el asunto y ella lo niega con una sonrisa torcida.

-Si quieres, cariño, te ayudaré a sacarte unos buenos selfies. Dime cuando quedes con uno de tus corneadores y yo te echo un cable -dijo Cati.

De modo que avisé a Cati el día en que tenía cita con Marco y ella se presentó con su lencería más sexy.

-Que lo sepas que Marco ha venido para follarme a mi -la advertí.

Cati se comportó bien y consiguió que yo me sacase mis mejores selfies y en los momentos más indicados, aunque se de sobra que Marco estaba excitadísimo con la presencia de Cati y sus ropitas. Tanto fue así que, una vez saciada, me fui al baño y luego a relajarme en la terraza, consciente de que Cati aprovecharía la situación, como sin duda hizo -a juzgar por los gemidos que escuché des de mi terraza.

Y así, aunque mi amiga se hubiese aprovechado un poco de mi, el intercambio fue muy bueno: tras colgar mis selfies con Marco, mi marido se emocionó un montón y me salieron muchos más amantes.

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