80. ALICIA, ACTRIZ PORNO POR UN DÍA
Alicia y su marido Antonio llevaban ya varios años en el mundo swinger, acudiendo a clubes, intercambiando con otras parejas y jugando a los roles de cornudo y hotwife, que era lo que más le gustaba a Antonio. En estos casos, él buscaba los amantes para ella y se los presentaba por sorpresa.
Hasta que llegó el día en el que Alicia decidió que sería ella quien se buscaría a sus amantes, y ella quien sorprendería a su marido. De modo que Alicia rastreó un poco por la web de los swingers que se presentaban como hombres solos y posibles corneadores. Se quedó bastante apabullada por las ofertas que le salían. De chat en chat, Alicia se encaprichó de Jacques, un chico que exhibía un gran pene y que mostraba fotos con muchísimas chicas distintas. Esa promiscuidad tan grande le hizo pensar a Alicia que Jacques era su hombre: ella podría ser una más de sus chicas, algo que le apetecía mucho y la excitaba.
Tras varios chats y algunas llamadas telefónicas -durante las cuales Alicia descubrió que Jacques era un hombre muy ocupado- él le ofreció una cita por un espacio de tiempo muy breve entre dos compromisos. Alicia accedió.
Jacques la citó en un lugar de las afueras. Parecía un polígono industrial, según vio en google maps. Jacques le especificó que podía acudir con su marido y así lo hizo ella: ambos se fueron para el lugar de la cita. Cuando llegaron, descubrieron que aquello parecía un plató de cine porno y Antonio intentó convencer a su mujer de largarse, pero Alicia estaba dispuesta a vivir lo que fuese, de modo que entraron.
Nada más entrar les separaron, pero Antonio no protestó cuando se vio rodeado por tres chicas jóvenes de muy buen ver que andaban desnudas por completo. Y mucho menos cuando una de ellas, por indicación de un hombre, le practicó una felación.
Tras pasar un buen rato con las tres chicas, Antonio recordó de nuevo que no sabía nada de Alicia y preguntó por ella. Le respondieron que saldría enseguida. Aunque pasaron dos horas, tras las cuales Alicia reapareció con un sonrisa de oreja a oreja y con una par de fotos en la mano.
-Jacques es un tío genial -le contó a su marido- Como sospeché, es un actor porno y yo le he hecho de sparring en una especie de casting o yo qué sé, pero ha sido genial de veras. No lo he comprendido mucho pero eso qué más da. Ha sido genial. Me han dado esas fotos como recuerdo. La verdad, cariño, es que a partir de ahora seguiré escogiendo yo a mis corneadores y espero que eso no te moleste.
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