86. EL MARIDO DE TERESA TIENE SEXSOMNIA
Quedé una tarde con mi amiga Teresa para tomar un café y contarnos nuestras cosas, ya que llevábamos un tiempo sin vernos. La conversación se demoró y terminamos con intimidades. Llegó el momento imprevisto en el que Teresa me contó que su marido Jorge padece de sexsomnia.
-¿Sexsomnia? -le pregunté- Nunca había escuchado esa palabra.
La sexsomnia, me explicó Maite, es un trastorno del sueño en el que alguien practica sexo mientras duerme, como un somnámbulo, y del mismo modo a la mañana siguiente no se acuerda de nada.
-¿No se acuerda de nada? -le insistí yo.
-No, no se acuerda de nada -corroboró Teresa.
Jorge, al parecer, suele asaltar sexualmente a su esposa en el momento menos pensado de la noche y a veces el asalto dura mucho tiempo, de modo que Teresa llega al trabajo dormida y ojerosa tras haber sufrido la sexsomnia de su marido.
-Y eso... ¿es una suerte o una desgracia? -le pregunté yo.
-Bueno... tras muchos años de matrimonio, te diré que aguantar a un marido con sexsomnia es una verdadera desgracia.
Cuando terminamos la conversación me fui para casa un poco traspuesta. Jorge es un hombre muy atractivo y además dispone de un pene importante, dato que retengo des del día en el que, un par de años atrás, estuve con mi marido y Teresa y Jorge en una playa nudista. No pasó nada entre Jorge y yo en aquella ocasión, pero la verdad es que me quedé con las ganas de gozar de Jorge.
Pocos días más tarde urdí un plan maquiavélico con mis amigas.
Mis amigas organizaron una cena e invitaron a Teresa, y ella dijo que aceptaba solo si conseguía una canguro para su hija, ya que Jorge llegaría muy tarde. Yo me ofrecí como canguro y Teresa aceptó por la confianza que me tiene.
Así que en el día de la cita me presenté en casa de Teresa y conseguí que su hija se acostase muy pronto. Luego me tumbé en el sofá. Jorge llegó a eso de las doce y se sentó en el sofá conmigo. Le propuse ver una peli en Netflix y nos pusimos a ver una serie de sucesos extraños. Jorge no tardó en quedarse dormido a mi lado. Nada más verle dormido, me desnudé por completo, por si de repente le daba un ataque de sexsomnia.
Jorge se pasó una hora dormido y roncando a mi lado. Y cuando yo empezaba a dormirme también sentí que sus manos estaban palpando mis nalgas con mucha intención. Con los ojos siempre cerrados, Jorge se desnudó y así pude ver de nuevo su pene majestuoso que apuntaba hacia mi.
Lo primero que me sorprendió fue que eligió mi ano y lo acertó a la primera -aún dormido y con los ojos cerrados-, y lo último en sorprenderme fue que consiguió correrse en mi cara tras casi una hora de darme placer.
A mi siempre me quedará la duda. ¿Jorge sufre verdaderamente de sexsomnia? Sea como sea, Teresa ya sabe que cada vez que necesite a una canguro para su hija ahí voy a estar yo para lo que haga falta.
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