115. EL INSTALADOR DE FIBRA ÓPTICA
En las películas porno de los 80 no faltaba nunca la escena del repartidor de butano que se traginaba a la señora de la casa tras dejarle la botella de gas en la cocina. En vez de darle propina en dinero, ella le ofrecía la visión de un escote apabullante o bien de unas faldas muy cortas, o de una bata demasiado abierta, tras lo cual llegaba un polvo apresurado, perpetrado en la misma cocina -como si ese fuera el espacio natural de la mujer- y que terminaba con los alaridos del butanero mientras se descargaba en los pechos de la ama de casa. Tras la marcha del hombre, ella se apresuraba en borrar los rastros del encuentro furtivo, ya que el marido estaba a punto de llegar. A mi estas escenas me divertían y me ponían cachonda, pero las veía muy de otra época, con todos esos elementos machistas y burdos de antaño en donde el papel de la mujer es siempre el de ama de casa aburrida. Así que jamás me habría imaginado vivir lo que viví hace unos días... Des de hace un par de años teletrabajo