119. LA QUIERO EN MIS NALGAS
Estabámos reunidas Lali, Isabel, Laura y yo charlando sobre nuestras experiencias swinger y entonces, sin saber muy bien como, salió el tema que Isabel llevaba tiempo pensando:
-¿Y a vosotras no os harta un poco esa obsesión por correrse en la cara? Yo entiendo que a ellos les pone mucho eso. Muchas veces me lo preguntan antes de la cita: ¿aceptas corrida en la cara? He tenido ya dos corneadores que lo ponen como condición: si no aceptas corrida en la cara no hay trato.
-A mi he pasado lo mismo varias veces -aportó Lali- Y ya sabéis que termino por aceptar, pero la verdad es que me gustaría que me preguntasen en donde me gusta a mi que se me corran, ya que no siempre lo quiero en la cara.
-¡Pues tienes varias fotos en las que te dejaron la carita bastante húmeda...! -le espetó Laura- Aunque... bueno, a mi también me pasa eso. Y creo que es por las pelis porno, que todas se presentan como cum on my face y cosas por el estilo. Es lo que está de moda. Y por lo que me cuenta mi marido, eso ya les gustaba a los romanos, que lo llamaban irrumatio.
-Entonces -dije yo- lo que debemos hacer es poner de moda otras costumbres, las que estén más acuerdo con nuestros gustos.
-Muy bien, ¿y eso como se hace? -nos preguntó Isabel.
-Pues muy fácil: debemos empezar a colgar muchas fotos con lo que nos gusta. Eso se llama presión de grupo.
Isabel dijo que a ella le gusta en los pechos, Lali en las nalgas, Laura en el cuello y yo desempaté: en las nalgas. Así que nos pusimos de acuerdo: en nuestras próximas citas, les exigiríamos la lefa en las nalgas a nuestros corneadores, y a nuestros maridos que sacasen las fotos de este momento, para colgarlas luego en la web swinger y empezar a cambiar la tendencia.
-Deberemos comentar nuestras fotos -les dije- Y dejar muy claro que eso es lo que nos gusta más y nos pone más cachondas. Veréis como en nada nos siguen el rollo.
Brindamos por ello.
Poco después, Isabel colgó esta foto:
Luego fue Laura quien puso la suya:
A continuación llegó la foto de Lali:
Y por fin llegó la mía:
Parecía que todo iba bien, y que todas estábamos en la misma onda. . Y que pronto nos íbamos a encontrar con corneadores que -por lo menos- nos iban a preguntar: ¿y a ti en dónde te gusta que se te corran? Nuestros maridos se alegraron del cambio, también hay que decirlo
Pero justo entonces Isabel colgó la foto siguiente:
-Pero ¿qué has hecho, Isabel? -le recriminé.
-Ya os dije que a mi me gusta en los pechos... -se excusó ella.
De modo que mi siguiente entrega se titulará: "A mi me gusta en los pechos".
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