131. JOSELUIS OFRECE A LOLA




Conocí a Lola y a Joseluis en un club liberal, con mi marido. La verdad es que conocí más a Joseluis que a Lola en aquel primer momento, ya que sin hablarlo mucho los cuatro nos vimos en un reservado, dispuestos a disfrutar de un intercambio espontáneo.

Sin embargo, y al poco de empezar cada uno con la pareja del otro, yo advertí que Joseluis estaba más pendiente de lo que mi marido le hacía a Lola que de mi. A mi me toqueteaba por todas partes, pero con un ojo puesto en su mujer, a quien mi marido penetró enseguida y sin tapujos.

Llegó el momento en que casi se olvidó de mi y le pidió a mi marido que penetrase por el culo a Lola. Como os podéis suponer, Luis obedeció de inmediato, casi sin creerse la suerte que le había tocado y ante la aquiescencia de Lola, que enseguida le ofreció su ojete con una postura de lo más explícita y sumisa, y gimiendo de placer por anticipado. En este momento Joseluis se desinteresó de mi por completo y empezó a sacar fotos de su esposa, mientras se masturbaba con muchas ganas.

De repente, Joseluis empezó a ordenarle posturas a su esposa con la intención evidente de sacarle fotos y más fotos.

-Siéntate encima de él mirándome a mi para se te vea todo, cariño -le espetó.

-¿Puedo seguir por el culo? -le suplicó ella- Es que me encanta como me lo hace...

En este momento yo ya me sentía una mera espectadora, de modo que decidí masturbarme y disfrutar de las vistas. Aún así, no renuncié por completo y lamí el escroto de Joseluis mientras él seguía agitándose su pene (muy notable por cierto, y completamente desaprovechado). Yo todavía albergaba la esperanza de sentir a Joseluis dentro de mi con su pedazo de polla, pero mis esperanzas se vieron frustradas al cabo de poco, cuando apartó mi cabeza de su entrepierna y me pidió:

-No sigas, Maite, porqué me quiero correr en la cara mi esposa y no en la tuya. Y con el ritmo que llevas temo soltártela a ti en cualquier momento.

Y, dicho y hecho, Joseluis se plantó ante Lola y le estampó su corrida en las mejillas al tiempo en que mi marido hacía lo mismo en su ano.

Una vez terminado todo, y mientras andábamos hacia las duchas, Lola le contó a mi marido que podía repetir si quisiera: 

-Lo único que les pedimos a nuestros amigos es que alquilen el hotel, a ser posible bonito. A cambio, me podrás tener tal como lo has hecho hoy. Siempre, eso sí, con mi marido grabando y sacando fotos.

Me quedé bastante sorprendida con aquel encuentro. Tanto Joseluis como Lola son guapísimos, él muy bien dotado y ella fabulosa. Además, resulta obvio que no le falta el dinero como para alquilar un hotel, con lo cual quedaba claro que todo era puro morbo.

Estoy segura de que mi marido ha vuelto con ellos más de una vez, y que ha pagado el hotel. Pero como donde las dan las toman, le he propuesto a mi marido que haga lo mismo conmigo y me ofrezca en un hotel.


 


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