134. LOS CORÉOGRAFOS DEL AMOR


Después de años en el mundo swinger, Julia se dio cuenta de que no disponía de buenas fotos que documentaran su opción sexual, fotos que muchas de sus amigas y amigos sí tenían y exhibían con orgullo en las páginas swingers. Es cierto que junto a su marido se habían sacado fotos durante sus encuentros con otros hombres, pero todas eran fotos improvisadas y más bien torpes, en las que se veían fragmentos de cuerpos y de genitales

Julia lo habló con su marido y, a pesar de las primeras respuestas remolonas por parte de él, terminaron por acordar que se merecían tener fotos para testificar su filiación swinger y para poder mostrar a sus similares. Tras varios intentos, terminaron por dar con dos chicos, amigos y muy atentos, que se prestaron a prepararle una coreografía sexual a Julia.

-¿Una coreografía? -se sorprendió su marido- ¿Y qué diablos es una coreografía sexual?

-Pues mira, cariño -le respondió ella sin inmutarse- Han mandado unos dibujos y a mi me encantan. Son unas cuantas posturas muy sugerentes. Y además proponen que invitemos a mis amantes más queridos para que presencien la coreografía. Y se traen a un fotógrafo experto en esas cosas. A mi me apetece mucho...

Julia y su marido organizaron el encuentro. Invitaron a Jaime y a Marcos, que eran los corneadores más frecuentes de ella. Llegaron los dos chicos de la coreografía: el marido de Julia se sorprendió de la juventud de los dos y a ella le encantó. Luego llegó el fotógrafo, que dispuso a todos en su lugar para sacar las fotos más precisas:

-Julia y los dos chicos delante. Detrás os ponéis el marido y los dos amantes. Y en cuanto queráis podéis empezar a masturbaros.

Jaime y Marcos enseguida se sacaron los penes y empezaron a sacudirlos, viendo como Julia se libraba sus braguitas y se ofrecía a los dos coreógrafos.

-Cuando alguno de vosotros sienta ganas de eyacular, acercaros a ella per avisadme antes, ya que uno de los retos de la sesión es sacar la foto perfecta de una corrida en la carita de nuestra querida Julia.

Julia soltó una sonrisa muy ancha al escuchar el reto, y fijó su mirada en Jaime: con eso le indicó que deseaba que fuese él quien le soltase la corrida facial perfecta. Y Jaime debió de comprender, ya que enseguida empezó a masturbarse con más ahínco.

Los dos jóvenes coreógrafos fueron desplegando sus habilidades con Julia, y ella se prestaba sin dudas, deseosa de las fotos que siempre había querido. Las escenas eran muy excitantes. El marido de Julia se corrió sin aviso previo. Marcos consiguió avisar pero en cuanto llegó ante Julia solo pudo eyacular en su espalda. Jaime, por fin, advirtió de que se proponía correrse encima de Julia y ella se dispuso lo mejor que pudo, levantando el rostro y señalando su frente, que era donde más le gustaba sentir el fluido del amante.

Jaime se acerco al rostro de Julia pero falló en su puntería y estampó sus chorros muy abundantes en el moño de Julia y en las manos de uno de los coreógrafos, que la estaba agarrando por esta parte.

Fue entonces cuando el fotógrafo propuso una solución:

-Voy a intentar correrme yo en la cara de Julia para sacar la foto. Será un reto más complicado de lo que esperaba pero se puede intentar.

Julia asintió encantada: des del principio le había atraído mucho el joven fotógrafo y recibir su corrida le pareció lo más acertado. Julia levantó de nuevo su rostro y enseguida sintió como el semen caliente del fotógrafo cruzaba su frente, nariz y barbilla y le goteaba en los pechos.

-¡Perfecto! -gritó el fotógrafo.



 

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