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Mostrando entradas de marzo, 2023

122. NO TE LIMPIES TODAVÍA

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Eso sucedió cuando mi esposa y yo nos iniciábamos en el mundo swinger. Aunque a los dos nos iba el morbo y las situaciones eróticas subidas de tono, cuando ella me propuso empezar a interactuar con otros hombres a mi me dio un ataque de celos, aunque fueron unos celos livianos que quedaban compensados por la imágenes que se me ocurrían, en las que veía a varios hombres y mujeres y en las cuales me imaginaba a mi mismo copulando con una desconocida mientras mi mujer, a mi lado, hacía lo mismo con un desconocido. Todo me resultaba intrigante y peligroso, pero cada vez me atraía más, justamente por lo incierta que resultaba esa nueva andadura de nuestro matrimonio. Yo veía que Maite se ponía muy caliente cada vez que hablábamos del asunto, y tanto era así que mientras lo hablábamos se masturbaba subrepticiamente y le subían los colores a las mejillas con solo imaginarlo. En estas ocasiones tuvimos coitos fantásticos, como hacía muchos años que no los teníamos: me cabalgaba con los ojos en

121. MI INVITADA SE LO PIENSA

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Julia y yo somos amigas des de hace años, y ella siempre supo de mis aficiones swingers. Aunque a veces me pregunta por esta parte de mi vida, sus preguntas sobre este aspecto son iguales a las que me hace sobre como me va con mi marido, mi trabajo y todo lo demás. Julia jamás ha mostrado un interés especial por el mundo swinger de un modo más personal. ¿Jamás? Bueno, a decir verdad, la última vez que nos vimos para merendar en un salón de té del centro la vi algo azorada, y se ruborizó mucho cuando por fin se atrevió a preguntarme sobre lo que llevaba días carcomiéndole: -Verás, Maite -empezó por fin, tras fingir que tosía y mirando hacia el techo- Hace poco me dije que igual me gustaría conocer un poco eso que haces tu algunos fines de semana... -¿Salir a cenar con mi marido y ver la tele en el sofá? -aunque yo había comprendido por donde iba el asunto, quise hacerla sufrir un poco. -Me refiero a lo de... ya sabes... lo de quedar con... es decir, con hombres que no son tu marido y qu

120. DEJÓ SU FIRMA EN MIS PECHOS

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Si ustedes han leído el relato anterior (número 119 de esta colección) sabrán que cuatro amigas swingers nos confabulamos para reivindicar nuestro derecho a ser tratadas como nos guste por nuestros amigos, amantes y corneadores. Dado que muchísimos de ellos quieren eyacular en la cara, nos propusimos sacar fotos para colgar en la web swinger en las que se viera nuestra preferencia por otros finales, así que en los siguientes días les exigimos a nuestros amigos dejar su estampa en nuestras nalgas. Así y lo hicimos, y la iniciativa, con sus más y sus menos, fue bastante exitosa: solo Isabel consintió en ofrecer algo que no era justamente sus nalgas. Digo que la iniciativa fue exitosa porqué yo misma lo puedo corroborar. Algunos días más tarde había quedado con mi corneador Mario, hombre muy interesante en varios sentidos pero adicto a lo de la cara. En la página de Mario se descubre enseguida el interés primordial por la corrida facial, ya que expone muchos rostros de sus amantes salpica

119. LA QUIERO EN MIS NALGAS

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Estabámos reunidas Lali, Isabel, Laura y yo charlando sobre nuestras experiencias swinger y entonces, sin saber muy bien como, salió el tema que Isabel llevaba tiempo pensando: -¿Y a vosotras no os harta un poco esa obsesión por correrse en la cara? Yo entiendo que a ellos les pone mucho eso. Muchas veces me lo preguntan antes de la cita: ¿aceptas corrida en la cara? He tenido ya dos corneadores que lo ponen como condición: si no aceptas corrida en la cara no hay trato. -A mi he pasado lo mismo varias veces -aportó Lali- Y ya sabéis que termino por aceptar, pero la verdad es que me gustaría que me preguntasen en donde me gusta a mi que se me corran, ya que no siempre lo quiero en la cara. -¡Pues tienes varias fotos en las que te dejaron la carita bastante húmeda...! -le espetó Laura- Aunque... bueno, a mi también me pasa eso. Y creo que es por las pelis porno, que todas se presentan como cum on my face y cosas por el estilo. Es lo que está de moda. Y por lo que me cuenta mi marido, es

118. EL ADMIRADOR SUPERDOTADO

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Recibí un mensaje muy chocante de Vanesa. La verdad es que no recordaba haberle dado mi número, pero quizás se lo dio alguna de nuestras amistades en común. Vanesa y yo nos habremos visto tres o cuatro veces como mucho, siempre con nuestras amigas. De modo que, aunque me cae bien, somos conocidas más que amigas y jamás nos hemos contado cosas íntimas. Además, ella anda por los 30 y pico, y está en una onda distinta a las cincuentonas como yo. Lo único que sabemos la una de la otra es nuestra filiación swinger. Recuerdo que una de las veces vino acompañada por un chico no muy atractivo al que nos presentó como su amante preferido, a lo que él respondió poniendo cara de circunstancias: nos quedó claro a todas que el chico acababa de enterarse allí mismo de que Vanesa tenía otros amantes. La verdad es que echamos unas risas con la ocurrencia de Vanesa. Por eso me sorprendió tanto su mensaje, en donde adjuntaba una foto con una escena verdaderamente íntima, y acompañada por este texto: &qu

117. FREDO, EL ESPECIAL

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Lali conoció a Fredo en un chat swinger y enseguida congeniaron. Fredo era agradable y educado, a la vez que morboso. Así que no tardaron mucho en buscar una fecha para conocerse. Por algún motivo, Lali no le contó que estaba casada. En algún momento de aquella primera charla, a Lali se le ocurrió preguntarle a Fredo si tenía alguna manía en especial, algo que ella debiera saber antes de la cita. Quizás ella había captado algo. Pero Fredo le respondió que todo el mundo tiene sus cosas especiales, y que las suyas no eran de ningún modo excepcionales. De modo que se citaron en un hotel de las afueras de la ciudad, y quedaron antes en la cafetería. Lali descubrió que Fredo era tan guapo como se presentaba en sus fotos, y que le apetecía mucho tener sexo con él. Sin embargo (siempre hay un sin embargo) Fredo le dijo que no le gustaban los zapatos que ella llevaba (unas zapatillas Munich), y le pidió permiso para comprarle otros. Lali estaba tan excitada y tan deseosa de complacer a un homb

116. LA SESIÓN DE FOTOS DE LAURA

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Mi amiga Laura se empeñó en tener una buena colección de fotos eróticas de su cuerpo serrano, cuando se acercaba a los cincuenta años pero seguía estando de muy buen ver. Laura pensó que quizás ya no le quedaba mucho tiempo de ser apetecible sexualmente, y a la vez se sentía muy sexy y muy en forma, y sabía a ciencia cierta que los hombres, desde los jóvenes a los mayores, la miraban con deseo. Se lo contó a su marido Sergio y éste empezó a sacarle fotos. Se fueron los dos a un hotelito en el monte con todo el arsenal de lencería de Laura y allí le hizo fotos atrevidas en la habitación, el balconcito, el baño.... Luego se fueron a los campos de almendros y ella posó con los pechos o el pubis al aire, bajo el sol. Una vez en casa, a la vuelta, se miraron las fotos. -Están bien -murmuró Laura- Pero se nota que no eres un buen fotógrafo. Que no eres un fotógrafo profesional. Sergio se quedó en silencio ante esta opinión de su mujer, y reconoció su poca habilidad con la cámara. Pero unos d