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166. EL AMANTE CARADURA

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Una noche conseguí realizar una fantasía: practicar un trío en público. Mi marido y yo quedamos con un amigo en un club liberal de la ciudad. Al amigo le excitó mucho mi propuesta, en gran parte porqué llevaba tiempo esperando el momento de penetrarme y porque compartía conmigo el exhibicionismo: ambos nos moríamos de ganas de hacerlo mientras la gente a nuestro alrededor nos observa. Un club nos pareció el lugar ideal. Nos situamos en una zona céntrica del club y en una gran cama redonda. Para superar la timidez inicial me abalancé enseguida encima del pene de mi amigo y empecé a lamerlo, no me gustan los prolegómenos cuando no son necesarios. Sentí que mi marido, situado detrás de mi, empezaba a frotarme las nalgas con su miembro. En algún momento, cambiando de postura, descubrí la mirada penetrante de un hombre un par de metros más allá. Su chica le estaba masturbando para atraer su atención y quizás por eso yo también perdí la concentración en lo que estaba haciendo: el hombre tení

165. CUANDO ME LO PETAN (REPORT)

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Una no sabe muy bien cuales son las expresiones que pone su cara cuando el amante le entra por el ano, y mucho menos cuando lo hace con tantas ganas como las que le puso el amigo Jota, que llegó empalmadísimo a casa. Menos mal que ahí estaba mi marido, atento y sin perder detalle, y cámara en mano. La cámara en una sola mano, claro, porque que con la otra se iba masajeando los genitales. Nada más llegar ante la alcoba, me incliné para darle el saludo de la hotwife. Mientras Jota se bajaba los calzoncillos, mi marido se ocupó de dejar mis pechos al aire con un gesto rápido que me arrancó un suspiro de sorpresa y puso todavía más tieso al amigo. Tuve que abrir bien la boca: el pene de Jota quizás no sea muy largo, pero de veras es ancho y no es fácil engullirlo como se merece. Tras unos preliminares breves, el amigo me dispuso en cuatro, me untó con un lubricante que se había traído consigo y metió su rabo gordote por el ojete. Mi marido me cuenta que lancé un alarido y que, al mismo tie

164. ENCULADA EN LA PLAYA NUDISTA

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Mi marido y yo llevábamos un tiempo sin vivir buenas aventuras. Así que, después de hablarlo largamente, decidimos que ese verano nos iríamos de vacaciones a algún complejo swinger que estuviera cerca de una playa. ¡Allí las ocasiones tendrían que venir rodadas! En cuanto llegamos al hotel, mi marido, claramente excitado, me susurró al oído “Qué ganas tengo de ir a la playa y ver como algún semental se excita contigo”. Con esa sola idea nos calentamos sobremanera y follamos allí mismo, sobre el piso de la habitación, sin ni tan siquiera utilizar la cama. Al poco rato, salimos directos a la playa llevando una toalla y un pareo. Una vez instalados nos pusimos a pasear por la orilla, desnudos, claro está. Mi marido comentaba las reacciones que yo provocaba en cada hombre que nos cruzábamos. Este te ha devorado mirándote los pechos. ¿Has visto cómo, con solo verte, se ha empalmado el de la pareja que hay más allá y se ha empezado a tocar? Después del paseo excitante, nos tumbamos. Yo pu

163. MIRA A LA CÁMARA Y SONRÍE, CARIÑO

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Relato de Sam Cuando empecé mis andaduras como hombre solo en la página swinger y empecé a tener citas con mujeres y parejas decidí guardarme un recuerdo de cada una de mis aventuras. Siempre sacaba una foto y la guardaba en una carpeta de mi ordenador. A veces la abría y miraba aquellas mujeres que había poseído (o que ellas me habían poseído a mi). Eran fotos tomadas en cualquier momento de la cita: tomando algo antes del sexo, abrazados medio desnudos o relajados después de la acción. Sin embargo, esto cambió tras mi cita con Lali y su marido. El marido llegó con una buena cámara de fotos, decidido a llevarse un buen reportaje del encuentro. Mientras yo desnudaba a la esposa, el marido preparaba su cámara y se tocaba de vez en cuando el pene, pero era evidente que, lo que más le interesaba, eran las fotos que se disponía a sacar. Lali se arrodilló delante de mi y se metió mi pene en su boca. Mientras me chupaba miraba atenta a la cámara de su marido. Le agarré la cabeza y la empujé

162. FOTICOS PARA MI MARIDO

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Mi marido se alegra un montón cuando recibe fotos mías, sobre todo cuando no se lo espera. Quizás por eso es mi marido. No se trata de fotos de paisajes ni de corazones, ni de cuando estoy con mis amigas tomando algo en una terracita, nada de eso. Las fotos que le mando son las de cuando estoy con un amante. Y, aunque le gustan todas las que le pueda mandar, sus preferidas son las de cuando mi amigo culmina la sesión y me rocía la cara con su corrida. Procuro mandárselas cuando él está en el trabajo porque sé que eso le produce mucho morbo. No puede abrir la foto con tranquilidad y necesita refugiarse en algún lugar solitario para ver las fotos con intimidad. Le imagino ansioso buscando su escondrijo, con el corazón acelerado, intrigado por lo que va a descubrir de su querida esposa. Si no le queda más alternativa que meterse en los servicios de la empresa, se masturba mientras ve mis fotos. Y eso no solo le excita a él, también me excita a mi. Es por este motivo que, antes de concreta

161. LA CORRIDA EN LA CARA ES OBLIGATORIA

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Como ya sabéis, no es nada fácil encontrar corneadores fijos o más o menos estables en el ambiente swinger. Suele pasar que, si te he follado, ya no me acuerdo. Una noche, después de rastrear durante un rato por la web swinger, di con un joven muy atractivo que respondió a la primera de cambio. Estuvo mirando mis fotos, y yo las suyas. Me di cuenta de que entre sus parejas había mujeres jóvenes y mayores, rubias y morenas, casadas y solteras. Parecía ser un buen todo terreno. Tras un rato de mensajes más o menos explícitos y algunos piropos mútuos, me dijo que le había gustado y que estaba dispuesto a follarme.  Entonces le conté que estaba invitado a mi casa, y que mi marido sacaría las fotos del encuentro, tal como solemos hacer. Tardó un par de minutos en responderme, lo que me mostraba que se lo estaba pensando. Y luego me contó que él suele hacerlo a solas con la mujer, sin el marido delante. Saca unas fotos y ella se las manda al esposo una vez terminado el acto.  Este es mi trat

160. CITA SECRETA CON MI EMPOTRADOR

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Mi marido Luis se marcha a Madrid por cosas del trabajo y me veo sola durante tres días. En las primeras horas me prometo leer, ver pelis y gestionara las cosas de la casa. Pero pronto se me aparece la imagen de mi migo Jota, uno de mis tres empotradores preferidos. Me pongo a mirar las fotos que me hizo mi marido cuando Jota me empotraba la última vez. De repente me veo tumbada en el sofá y casi desnuda, con una mano en mi entrepierna y la otra buscando el teléfono. Casi sin pensarlo me doy cuenta de que estoy llamando a Jota incluso antes de saber lo que voy a decirle. Jota tiene el teléfono apagado y le dejo un mensaje: "Estoy sola las dos próximas noches y me gustaría...". Unos minutos más tarde Jota me manda el enlace a un vídeo porno y me dice que hoy no puede, pero que mañana sí puede venirse a mi casa. Y que de mientras me puedo masturbar con ese vídeo. Me pongo a ver el vídeo con ganas: dos hombres aparecen por arte de magia en el dormitorio de una joven que duerme c