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Mostrando entradas de noviembre, 2022

100. CUANDO NO HAY VUELTA ATRÁS

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Cuando probé un trío (un trío feliz y satisfactorio) descubrí que el sexo con mi pareja a solas no estaba mal, pero que le faltaba algo. Después del primer trío satisfactorio de veras, cada vez que hacía sexo con mi marido me daba la vuelta y agitaba las manos, esperando encontrar a otro hombre en la cama, y ansiaba ese segundo pene entregado a darme placer. Tanto fue así que los tríos en mi matrimonio empezaron a frecuentar, y empecé a conocer a muchos chicos dispuestos a venir a casa para participar. Como os podéis suponer, llegó el día en el que mi marido, Luis, me preguntó si ya no concebía otra forma de hacer sexo conmigo que no fuese invitando a un amigo. -En eso ya no hay vuelta atrás, cariño -le confesé- Si un día vas muy apurado lo hacemos tu y yo a solas pero lo que me gusta de veras es con un invitado. Luis se desvivió por encontrar invitados y no le costó mucho: publicaba mis fotos en la web de los swingers y siempre se ofrecían hombres de toda clase. Conocí a solteros y a

99. AMOR SWINGER

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Es cierto que las parejas swingers se muestran un amor incondicional por encima de otras clases de parejas con otros estilos de vida, ya que la ausencia radical de celos a toda prueba es muy saludable. Ver como tu pareja goza con otra persona delante de ti es muy sano y eso no se puede negar. Las primeras veces que lo hice con un amante delante de mi marido no tenía muy claro como iba a salir todo, pero la verdad es que fue de maravilla y nos excitó mucho a los dos: tanto es así que, tras estar con el corneador, Luis y yo vivíamos nuestros mejores momentos como pareja en lo sexual. El recuerdo de los tríos, de las situaciones vividas con nuestros invitados nos llevaba a sentir un deseo mayor. Con solo nombrar los recuerdos del trío de unos días atrás, ambos nos lanzábamos a la cama tan fogosos como dos jóvenes de veinte años. Cuando yo empecé a quedar con corneadores fuera de casa siguió todo igual, ya que el trato con Luis consistía en que yo le mandaba fotos o audios de mis encuentro

98. MI PRIMER CLUB LIBERAL

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La misma tarde en que me divorcié de mi primer marido me apunté a la página de los swingers, deseosa de levantar mi vida sexual. Quizás había algo de venganza en este gesto, pero la verdad es que estaba ansiosa por vivir una sexualidad más intensa tras varios años de polvete conyugal en viernes o sábado, con las luces apagadas y pactado de antemano. Mi primer impulso fue irme a un club liberal, pero enseguida me di cuenta de que no me atrevería a presentarme allí sola, así que en la web de los swingers pregunté por algún hombre que me quisiera iniciar. Como os podéis imaginar, me salieron decenas de candidatos en pocos minutos, todos muy dispuestos a acompañarme a un club. De entre los hombres que me respondieron, uno de ellos me llamó la atención: era un tal Marcos, esposo de una mujer sumisa. Lo que me atrajo de Marcos fue justamente que me ponía condiciones para acompañarme en mi primera experiencia el club: mientras los demás hombres solo se mostraban solícitos, Marcos exigía prueb

97. LOS REGALOS DEL AMANTE

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Maite y Jaime se conocieron hace un par de años, cuando Luis, el marido de Maite, contactó con él  a través de la página web de los swingers  para tener un trío. Jaime se presentaba como corneador experto y eso le gustó a Luis: quería ver a su mujer con los mejores. Fue durante este trío cuando a Maite y a Luis se les ocurrió empezar el juego Hotwife/Cuckold al que siguen jugando a día de hoy. A diferencia de otros tríos anteriores, que solo salieron medio bien, el primer trío con Jaime fue estupendamente: los tres gozaron de lo lindo durante toda la tarde y entablaron buena relación. Tanto fue así que, al caer la noche, ambos cónyuges le propusieron a Jaime que se quedase a pasar la noche. Se acostaron los tres en la cama. Estaban agotados. Luis se desveló a media noche, alertado por unos ruidos: era su esposa, follando apasionadamente a su lado con el nuevo amigo. Y, por la mañana, se los encontró a ambos en la bañera: Maite, de rodillas, le regalaba a Jaime la felación más entregada

96. LA BODA SWINGER DE SONIA Y MANUEL

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Sonia y Manuel se divorciaron de sus respectivas parejas en el 2018, y coincidieron en un club liberal de Barcelona en 2019, más o menos. Allí tuvieron su primer encuentro. Tras algunos meses flirteando, empezaron a salir juntos. Siempre terminaban sus citas en los clubes liberales. Aunque luego se iban a casa de Manuel. En 2020 se tomaron en serio la relación y en 2022 decidieron casarse. Para que luego digan que en el ambiente liberal solo hay divorcios. Organizaron su boda en un pueblo de la costa y montaron la fiesta en un hotelito rural, que habían alquilado en exclusiva. Invitaron a las parejas swingers amigas que les habían acompañado durante esos últimos años. Mandaron invitaciones y en ellas especificaron que se trataba de una fiesta swinger, para evitar malentendidos. Eso estuvo muy bien. Maite y yo nos apuntamos a la fiesta sin meditarlo. Nos presentamos directamente en el hotelito rural (prescindimos de la ceremonia tediosa) y allí nos encontramos con muchas parejas conocid

95. ¡VAYA CON LOS AMIGOS GAYS!

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Melo y Santi son una pareja gay con quien tengo amistad des de hace muchos años. A veces se habían producido situaciones morbosas entre los tres, pero jamás había practicado sexo con ellos. Ellos suelen hablar muy a menudo de la sexualidad y sus bromas sobre el tema son muy frecuentes, de modo que no es nada raro que se produzcan situaciones ambiguas en las que yo me siento aludida. -Yo no le diría que no a una mujer tan interesante como tu -me soltó Melo una tarde en la que estábamos los tres ya un poco achispados con el champán, celebrando su tercer aniversario de bodas. -Yo tampoco le diría que no a un hombre tan atractivo y bien dotado como tu -le devolví yo. -¿Y como diablos sabes que Melo está bien dotado? -se rió Santi. -Lo intuyo. Y así fue como, entre copa y copa y de broma en broma, los tres empezamos a imaginar como sería un trío aunque sin decirlo de forma explícita. -Lo intuyes bien -se enorgulleció Santi unos minutos más tarde- Melo está muy bien dotado: si no fuese así,

94. DEL CIBERSEXO AL STRAP ON

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No busco cibersexo cuando navego por las webs de contactos. Sin embargo, a veces sucede. Normalmente eso pasa cuando la conversación va bien pero el interlocutor está lejos o las circunstancias no favorecen otro contacto, aunque me he llevado varios chascos con este asunto.  Así fue como empecé a charlar con Orlando, que vive a más de mil quilómetros de mi: nos conformamos con nuestras charlas. Enseguida nos encendíamos mutuamente y las palabras subían de temperatura en cuestión de un minuto. No se lo que hacía él, pero yo, cuando me ordenaba que me desnudase, lo hacía. Viví situaciones muy morbosas, con mi marido durmiendo y yo en el salón desnuda siguiendo las instrucciones de Orlando. Alguna vez temí que me pillase, ya que se me escapaba algún gemido incontrolado. La imaginación de Orlando es muy rica y una enseguida se siente dispuesta a todo. La noche más caliente fue una en la que me contó lo que haría conmigo si me llevase a un club de intercambios. Una, que es muy visual, enseg

93. NOS LO HICIERON EN EL BALCÓN

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Maite y yo coincidimos en un fin de semana en el que nuestros maridos estaban fuera. Uno en viaje de empresa y el otro con los hijos de su pareja anterior. Quedamos en cenar juntas en mi casa para hablar de nuestras cosas. Durante la cena abrimos una botella de vino, y al terminar decidimos abrir otra para tomarla en el balcón. Estábamos a finales del verano y hacía mucho calor. La mezcla del vino con el relato de nuestras aventuras swingers hicieron el resto: ambas nos sentíamos muy calientes. En un primer momento barajamos la opción de irnos a un club liberal, pero nos dio pereza y nos metimos en la web de los swingers, con el propósito de pasar un buen rato y nada más. Entramos en el chat y así como dimos con Manuel y su amigo Javi. Ambos de Madrid, y los dos en la ciudad buscando diversión.  Maite y yo coincidimos de nuevo: nos parecieron cachondos e interesantes, y decidimos invitarles. Como no conocían Barcelona, no supieron decirnos cuanto tardarían en llegar. Nosotras nos prepa

92. FAVOR CON FAVOR SE PAGA

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Araceli iba en su coche algo viejecito hacia una entrevista de trabajo cuando algo falló en el motor y se quedó tirada en la carretera secundaria que, bajando des de su pueblo, llegaba hasta la ciudad donde tenía la cita. Es una carretera poco transitada. Llamó a la aseguradora y le dijeron que enseguida le mandaban la grua, pero que podía tardar una hora, quizás dos. De ser así, Araceli se quedaba sin posibilidades de entrevista y, por consiguiente, sin trabajo. La cosa estaba mal: su marido en el paro y ella colgada en la carretera. Así que, en cuanto vio que se acercaba una furgoneta, no dudó en pararse en medio de la carretera y detenerla. En ella iba un hombretón grandote y sonriente, de nombre Hernán, que se le ofreció enseguida para llevarla hasta la ciudad. Durante el trayecto intercambiaron sus problemas. Él, muy parlanchín y dicharachero, le contó que bajaba a la ciudad para verse con la novia que se había echado recientemente. La dejó en la puerta de la oficina en donde Arac

91. EL AMANTE SONORO

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-Todos los amantes que he tenido son hombres silenciosos, que hacen el amor callados y concentrados. Mi marido, sin ir más lejos, solo resopla un poco al final. Me gustaría saber como es un hombre de los que hablan y pegan gritos de placer...  ¡Eso debe excitar muchísimo! Las palabras de Laura venían a cuento del nuevo amante que tenía su vecina de rellano, Sílvia. El chico pasaba algunas noches en el piso y entonces Laura escuchaba los alaridos del novio de Sílvia. Por lo que parecía, el hombre empezaba a gemir muy fuerte des de el primer momento, y seguía así durante casi dos horas de promedio: el aguante de ese chico también excitaba a Laura. Lo más habitual era que Laura terminase masturbándose al ritmo de los gritos que pasaban a través de la pared de la alcoba, intentando imaginar las posturas y las situaciones mientras se masajeaba el clítoris. Cuando sucedían esos encuentros en el piso contiguo, Laura esperaba ansiosa a la llegada de su marido Juanjo, y este se la encontraba me